Si hay una crítica en la que todo el mundo está de acuerdo y que se esgrime contra Apple en cuanto se presenta la oportunidad es esta: los costes de Apple.
Todos nosotros, incluso desde la percepción, y no desde los datos, hemos expresado alguna vez esta noción.
Naturalmente, tras esta afirmación viene la "letra pequeña", normalmente expresada en un tono más bajo y apenas moviendo la boca: seguro que sus materiales son buenos, dura muchos años, no se estropea, etc.
Quizá podríamos discutir en profundidad qué se entiende por “caro”, y en relación a qué se establece este parámetro, pero sin duda este no es el lugar, ni el momento de hoy.
Probablemente ni siquiera llevaría a un cambio de situación, porque los campeones de la "carrera" de Apple, ante los datos, suelen lanzarse en la casilla de salida declarando "... pero cuestan".
Una de las cosas que más ha ayudado a Apple en estos años de expansión y explosión es el abandono de la idea de que todo debía ser exclusivo, desde los puertos que conectaban sus dispositivos hasta los programas.
El mercado, como no, ha introducido sus correcciones y Apple se ha visto obligada a eliminar fricciones adoptando estándares en todos los frentes: desde software, con PDF, vídeo, audio, etc. hasta el hardware, con las generaciones posteriores de USB.
Es cierto que el usuario de ordenadores Apple se ha acostumbrado a tener que utilizar siempre algún tipo de accesorio para conectar periféricos, ya sean más modernos o más antiguos, pero Apple vive de una conexión estandarizada para simplificar mucho el día a día.
Además, esta explosión y ubicuidad, apoyada por el iPhone y el iPad, pero seguida por el Mac, dan como resultado un ecosistema de productos que vive de la estela de esa frase “son caros” que todo el mundo lleva dentro.
No es difícil, en cualquier categoría que Apple venda un accesorio, encontrar versiones más económicas.
Si cogemos el cargador usb c de 65w, que es el que necesitamos para poder cargar un MacBook Pro o un iPad Pro, podemos acudir a cualquier tienda física o electrónica y encontraremos alternativas más económicas que la de Apple.
Claro, no tendrán esquinas tan redondeadas y sus proporciones pueden no ser tan exquisitas, pero el ahorro que a veces brindan es preguntarse si Apple no nos está robando aprovechándose de nuestra franqueza y lealtad.
Quizás la seguridad y tranquilidad que aporta el accesorio con el logo de la manzana justifique el precio, pero en muchas ocasiones podemos prescindir perfectamente del estilo.
Solo tenemos que comprar los accesorios en tiendas fiables y de fabricantes fácilmente identificables (consultar las opiniones de usuarios satisfechos es un plus) para estar seguros de que ahorrar en el accesorio no acaba siendo más caro.
Si quieres tener la garantía de comprar un producto fiable, puedes mirar la variedad de cargadores USB Tipo-C de Sveon, fabricante español, que ofrece accesorios compatibles con dispositivos portátiles, iPads y teléfonos móviles, para que un mismo cargador se puede utilizar para diferentes productos.
conclusión
Los usuarios de Apple están felices de tener productos con la Manzanita mordida grabada en aluminio o plástico.
Apple cuenta con ello y por eso quieren vendernos auriculares, fundas AirTag y posiblemente gafas de realidad aumentada ¡e incluso coches pronto!
Sin embargo, hay muchas marcas que fabrican accesorios compatibles con los productos de Apple a precios mucho más bajos, por lo que si no quieres correr riesgos pero no tienes demasiadas entradas, te recomendamos que busques alternativas que te ofrezcan un equilibrio. de diseño, calidad y precio.