¿Alguna vez te has parado a pensar cuál es la historia detrás de un objeto de uso común como el bolígrafo? Lo hacemos, lo admitimos. Y aunque vivimos en una época en la que se utilizan relativamente poco bolígrafos y lápices, hemos decidido volver sobre la historia de uno de los mayores inventos de la historia. Y aún más antiguo, teniendo en cuenta que los orígenes de este objeto tienen sus raíces en el Antiguo Egipto. vamos y averiguamos cómo nació la pluma, cómo ha cambiado y cómo evolucionará en el futuro.
La pluma: una historia milenaria
Puede parecer increíble, pero el origen de la pluma se remonta aAntiguo egipto. De hecho, en ese momento los escribas usaban delgados tallos de junco, empapados en soluciones similares a la tinta, para escribir en rollos de papiro. Por supuesto, no podemos decir que se trataba de un bolígrafo real, pero este es sin duda el comienzo de la historia de un objeto con una evolución compleja. A lo largo de los siglos, de hecho, la fiebre fue reemplazada primero por penne de oca y luego por puntas metalicas. En particular, los griegos y los romanos usaban plumillas para grabar tabletas recubiertas de cera. En cierto modo, esta evolución nos acerca al concepto moderno de pluma, aunque todavía no se puede definir como tal.
Por otro lado, durante muchos siglos el instrumento más utilizado para escribir fue la pluma. La operación era muy sencilla: bastaba sumergirlo en el tintero, la botella que contiene la tinta y luego comience a escribir. Cuando fue necesario, como puede imaginar, la punta se templó para garantizar una escritura sin manchas. Una práctica incómoda, a la que no se encontró una solución alternativa hasta principios del siglo XIX. Después de todo, más vale tarde que nunca.
La pluma estilográfica, el primer paso hacia la modernidad
Hacia mediados del siglo XIX la costumbre de aplicar puntas de metal a las plumas para no tener que templarlas a menudo. Pero si esto resolvió un problema, al mismo tiempo creó otro: la estructura de las puntas impuso una cantidad considerable rigidez en la escritura. Fue entonces cuando James perry, periodista y editor inglés, trató de darle mayor elasticidad aplicando pequeños cortes y pinchazos. De hecho, para solucionar el problema de la rigidez, se empezaron a montar plumines de acero sobre pajitas de madera o marfil, en lugar de plumas de ganso. Esto resolvió el problema de la rigidez, pero lamentablemente quedaron muchos otros.
Una vez pasadas en el tintero, en efecto, los plumines hacían caer sobre la hoja cantidad excesiva de tinta. El problema estaba relacionado con que, al pasar del tintero a la hoja, el plumín siempre perdía algunas gotas de tinta. Era ya el final del siglo XIX y muchos personajes de todo tipo intentaban solucionar el problema de alguna manera. La idea básica era insertar un tubo hueco que contenía la tinta dentro del plumín, para no dispersarla. Pero recién en 1883, esta idea se materializó en algo real gracias a lewis waterman, considerado a todos los efectos el padre de Pluma fuente.
De hecho, este estadounidense es el responsable de la invención de lafuente de alimentación multicanal, lo que limitó en gran medida las fugas de tinta en el bolígrafo. Una intuición completamente aleatoria, que a lo largo de los años se ha rastreado a la fuerza hasta un accidente que afectó al propio Waterman. La historia cuenta que Lewis, entonces agente de seguros en Nueva York, no cerró un contrato con un cliente adinerado debido a una mancha de tinta que había ensuciado la hoja. Un episodio inventado por el departamento de Marketing de la empresa de Waterman, que alcanzó un éxito considerable a lo largo de los siglos. Por otro lado, la primera evolución real de la pluma sólo pudo dar alegrías al americano.
La revolución del bolígrafo
Saltemos unas décadas y lleguemos al invento que realmente ha revolucionado nuestra forma de escribir: el bolígrafo. Como muchos sabrán, se debe a Laszlo Biró, periodista húngaro, la intuición del bolígrafo. Dada su intensa actividad como escritor, estudió para intentar desarrollar una herramienta más sencilla y práctica que la pluma estilográfica tradicional. Aunque mejoró, esto todavía presentaba problemas bastante importantes: la tinta a menudo manchaba la hoja, el secado tomaba mucho tiempo y la pluma necesitaba recargarse con frecuencia. Incidentes demasiado inconvenientes para un periodista.
Fue entonces cuando Biro pensó en sustituir la tinta que se suele utilizar para los bolígrafos por la que se utiliza en la impresión de periódicos. Una intuición acertada que sin embargo no garantizaba una escritura completamente óptima. Y he aquí la solución que revolucionó la escritura: insertar un pequeña esfera de metal libre de girar al final de la pluma. Al girar, la esfera recoge la tinta del cartucho y la deposita en la hoja. De manera mesurada y constante. Así nació el bolígrafo, uno de los mayores inventos de nuestro siglo. En los años siguientes, realizando una serie de mejoras, Biro comenzó a vender su producto en Europa y Argentina.
El precio demasiado alto del producto y las ventas poco rentables lo llevaron a hacer un acuerdo con el barón italiano. Marcel Bich, a la que el húngaro concedió su patente. Después de algunos ajustes menores, en 1950 inicia la producción en serie del bolígrafo, lanzándolo al mercado con el nombre de BIC. Llegados a este punto, puede que no vayamos más lejos, porque todos tenemos al menos uno de estos bolígrafos en casa. Pero quizás, hasta ahora, nunca hemos sabido cuál era su origen.
El futuro está en el bolígrafo digital
Cuando se habla de bolígrafo digital, uno piensa inmediatamente en los "lápices" utilizados para tabletas y teléfonos inteligentes. De hecho, este término hace referencia a todos aquellos bolígrafos que te permiten digitaliza todo lo que está escrito a mano. El diseño es absolutamente similar al de un bolígrafo común, pero la operación es realmente mucho más sofisticada. En definitiva, gracias a una tecnología avanzada, esta herramienta es capaz de digitalizar simultáneamente lo que escribas, guardando así una copia del documento que podrás visualizar en el dispositivo que elijas.
¿Como es posible? Gracias a dos modos de funcionamiento diferentes. En el primero, la combinación de un sensor de movimiento y un receptor con pantalla LCD permite capturar texto en formato digital. En el segundo, uno micro cámara de infrarrojos colocado en el extremo del bolígrafo, registra lo escrito y luego lo transfiere directamente a una aplicación conectada al instrumento. En definitiva, su funcionamiento es diferente, pero la finalidad es única: digitalizar lo que escribimos. De esta forma, podremos transferir notas y demás en nuestros dispositivos digitales. Un bonito paso adelante en comparación con la estilográfica que ensuciaba las sábanas, ¿no crees?
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