Cómo cambió: el collar de perro

Cómo cambió: el collar de perro
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Otro lunes y otra nueva cita con la columna "Cómo ha cambiado", con la que vamos a descubrir la historia de uno de los tantos objetos de uso diario. Y hoy hemos elegido centrar nuestra atención en uno de los complementos más imprescindibles para nuestros amigos de cuatro patas, el collar de perro. Ahora, tal vez le parezca inusual volver sobre la historia de un objeto que no ha cambiado mucho a lo largo de los siglos. Sin embargo, a pesar de que su forma se ha mantenido casi igual a la de siempre, el apoyo de la tecnología ha hecho del collar un objeto más que moderno. Así que vamos a ver cómo ha evolucionado con el tiempo.




Collar para perros, un invento milenario

Como bien puedes imaginar, la historia del collar para perros está inevitablemente ligada a la de la domesticación de animales. Al respecto, es importante considerar que algunas investigaciones han demostrado que los primeros perros domesticados pertenecían a una grupo de cazadores europeos vivio bien hace 32 mil años. Como podéis imaginar, estos primeros perros no eran más que la evolución natural de los lobos que seguían a las tribus de la época. Sin embargo, aún no está claro cuál es la verdadera razón de este vínculo.

Algunos argumentan que los perros eran útiles para defender a los humanos y ayudarlos a cazar. Y alguien más cree que ha decidido seguir a los cazadores para alimentarse de los restos de los cadáveres de los animales cazados. Cualquiera que sea la motivación, está claro que vivir en compañía de perros ha permitido a los humanos formar una relación especial con ellos. Y, como bien puedes imaginar, la necesidad de demostrar este vínculo también se ha hecho evidente a los ojos de los demás. Así nació el collar de perro, del que tenemos una primera representación en una serie de igrabados rupestres encontradas en Shuwaymi y Jubbah -en lo que hoy es el noreste de Arabia Saudita-.




Cómo cambió: el collar de perro

Datan de alrededor del 8000 a. C. y representan una escena con un cazador y trece perros, dos de los cuales están atados al hombre con una especie de cuerda larga, interpretada por los estudiosos como una correa. Por supuesto, este es un testimonio algo nebuloso, pero aún creíble. Luego, a lo largo de los siglos, las representaciones de perros con collares se vuelven más claras. Tanto como para convencer a los estudiosos de que este era un objeto de uso común ya en el antiguo Egipto.

Una evolución de siglos

Si bien el collar para perros no ha cambiado realmente de forma a lo largo de los siglos, ha sufrido una serie de cambios interesantes en términos de uso. O el valor. Lo que te llamará la atención, en efecto, es que en el Antiguo Egipto el collar tenía un significado absolutamente particular, ya que la figura del perro estaba ligada a la del dios Anubis. Precisamente por eso, los hallazgos arqueológicos los muestran con decoraciones que reflejaban a la perfección el alto estatus de estos animales. Las tachuelas de latón y la representación de flores de loto son solo algunos de los detalles de los collares encontrados. Sobre todo si tenemos en cuenta que la práctica de poner el nombre del perro en el collar.

Sin embargo, debemos a los antiguos griegos la práctica de usar el collar con fines prácticos y no solo como decoración (como lo hicieron los egipcios). Las pequeñas granjas griegas, de hecho, a menudo eran asediadas por lobos, y los propietarios tenían que encontrar una solución útil para evitar que lastimaran a sus perros. En este sentido, de hecho, el collar resultó ser la solución óptima para proteger la garganta de los ataques de animales salvaje. En la Edad Media, sin embargo, el collar de perro volvió a ser emblemático del estado del maestro que lo llevó a pasear. No es de extrañar que los perros domésticos de las mujeres nobles llevaran collares decorados con metales preciosos y joyas, mientras que los perros de caza llevaran collares de cuero sencillos para hacerse reconocibles.




Durante el Renacimiento, entonces, la extraña tendencia de los dioses se extendió candado collares de perro, clara demostración de la pertenencia del animal al propietario. Como puede imaginar, solo aquellos que llevaban al perro eran dueños de la llave, y esto se consideró una excelente manera de enfatizar la propiedad del perro. Afortunadamente, esta tendencia ha desaparecido con el tiempo. Ahora, de hecho, los collares ya no son un fuerte signo de propiedad, sino una herramienta para monitorear al perro de cerca. En este sentido, de hecho, la tecnología no ha hecho más que consolidar una relación ya sólida. Veamos cómo.

Cómo cambió: el collar de perro

Incluso los collares se vuelven de alta tecnología.

Teniendo en cuenta que la tecnología ha cambiado por completo nuestros hábitos de vida, era de esperar que afectara también a la relación con nuestros amigos de cuatro patas. Y así fue. En los últimos años, el mercado de accesorios de alta tecnología para animales ha crecido exponencialmente. Y el collar para perros ha experimentado una evolución verdaderamente increíble. Aunque la forma se ha mantenido casi igual, ahora este accesorio es equipado con gps para permitir que los maestros seguir cada movimiento del perro. Gracias a una aplicación especialmente diseñada, su teléfono inteligente le avisará si su amigo de cuatro patas se desvía demasiado en el parque. O si está tratando de escapar del área cercada que se le habilitó.


Pero la geolocalización no es la única posibilidad que ofrece la tecnología para monitorear a nuestros amigos de cuatro patas. Él rastreador de actividad por cani, es decir, dispositivos que se conectan al collar para seguir atentamente toda la actividad física que practica. Una herramienta útil especialmente para perros con sobrepeso o perros con problemas articulares/cardiacos. Usando sensores especiales, el dispositivo puede recopilar datos y estadísticas para enviarlos al teléfono inteligente de los propietarios. Y esto le permite monitorear el bienestar de su mascota. En resumen, la forma del collar no ha cambiado, pero quizás sí su función. Hoy, de hecho, es algo más que un simple accesorio. Ahora es una herramienta para cuidar a tu perro.



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